“Solo se le lanzan piedras al árbol que da frutos”.

Con esta frase popular podría resumir lo que sucede con el Presidente Álvaro Uribe Vélez, quien desde el inicio de su campaña para la reelección se ha visto envuelto en situaciones difíciles y para desventura de sus opositores ha salido avante de ellas. Los “escándalos” desatados por informaciones de medios de comunicación, las constantes críticas y alusiones de otros candidatos a la Presidencia de la República y el “bajonazo” en las encuestas, parecieran predecir que la carrera hacia la presidencia no será tan fácil como hace cuatro años. Pero, será esta una realidad o simplemente una campaña orquestada para impedir que el Presidente – Candidato continúe en la primera magistratura del país. En los cuatro años de gobierno, es la primera vez que sucede algo de esta magnitud; la oposición -amén de unos cuantos- impulsó y apoyó las grandes decisiones y obras del presidente Uribe. Incluso, personajes de la talla de Horacio Serpa y Andrés Pastrana hicieron y hacen parte del gobierno y desde adentro trabajaron para mejorar la calidad de vida de sus compatriotas. Ahora, a veinte días de las elecciones, todos los esfuerzos, el trabajo y la dignidad del Presidente Uribe quieren dejarse por el suelo y hacer ver a la opinión pública que en estos cuatro años no se ha hecho nada por el país. Me pregunto ¿será que como colombianos no hemos sentido grandes transformaciones en el país, en su gente, en su economía, en su seguridad? ¿Tendremos los colombianos tan mala memoria para no recordar indignidades, malas gestiones y serios cuestionamientos a las hojas de vida de otros candidatos a la Presidencia? ¿Estaríamos dispuestos a llevar a la Presidencia de la República personas que representan e impulsan los ideales y el pensamiento de aquellos que por más de 50 años no nos han dejado vivir en paz? Muchos se excusan en que América Latina esta dando un giro hacia la Izquierda y que Colombia como uno de los países con mayor proyección y economía debería hacerlo también para actuar en bloque frente a los procesos de globalización, pero, ¿será que Venezuela, Brasil, Bolivia, Argentina y Uruguay han sufrido los embates de una violencia indiscriminada y que a nombre de “la liberación y justicia para los pueblos” se violen y mancillen derechos tan sagrados como la vida y la libertad? No es contribuir a la polarización de ideas ni a la estigmatización de candidatos por sus propuestas, no es “satanizar” ideales, es simplemente cuestión de escucharlos y sacar conclusiones. Ahora, de todos nosotros depende el futuro de nuestro país. Es nuestra responsabilidad y deber como ciudadanos participar en los procesos democráticos y saber elegir a nuestros mandatarios. Este 28 de Mayo asistamos a las urnas y apoyemos la mejor opción o lo que nuestra conciencia nos indique. USTED ELIGE